La plaza mayor de Madrid es uno de esos lugares mágicos de la capital – donde lo nuevo se mezcla con lo histórico. Hoy en Catalonia Hotels & Resorts os contamos 5 secretos de la mejor plaza madrileña para tomar un café o un buen bocadillo de calamares. ¡Empezamos!
La Plaza Mayor de Madrid y sus costumbres
Ha recibido hasta 5 nombres diferentes (que sepamos)
La Plaza Mayor de Madrid empezó a construirse en 1580 – lo que la convierte en una de las plazas mayores más antiguas de España
Con toda esta historia sobre sus arcos, no nos extrañamos que haya tenido múltiples nombres. El primer nombre que tuvo fue el de “Plaza del Arrabal” (porque estaba fuera de las murallas en una zona nueva de ensanche en la época).
Con la proclamación de la constitución de 1812, pasó a llamarse “Plaza de la Constitución” y después “Plaza Real” (alternando estos nombres durante la primera mitad del siglo XIX).
Llegó la Primera República y la plaza pasó a hacer honor al nuevo régimen político y se llamó “Plaza de la República”. Durante el final del siglo XIX y hasta 1949 fue combinando las nomenclaturas anteriores hasta quedarse con el definitivo “Plaza Mayor”
El balcón de Marizápalos
Cuenta la leyenda (o la chismología medieval) que el rey Felipe IV tuvo un idilio (y hasta un hijo) con la actriz de la época María Calderón (conocida como La Calderona o Marizápalos).
El rey tenía devoción por esta actriz de teatro y en una ocasión le cedió un asiento en el balcón real de la Plaza Mayor (desde donde se visualizaban muchos espectáculos en la época). La reina Isabel – que ya toleraba muchos de los escarceos de su esposo – montó en cólera e hizo que la expulsaran del balcón real.
Pero Felipe seguía siendo un hombre enamorado de su amante. Por ese motivo, mandó construir un balcón exclusivo (aunque más discreto) para La Calderona en la esquina de la actual calle Felipe III. Balcón que el pueblo bautizó como “el balcón de Marizápalos”.
La estatua ecuestre de Felipe III
Sin duda lo que más llama la atención de en la plaza mayor es la estatua ecuestre que hay en el medio de la plaza. Se trata de una estatua de Felipe III terminada en 1616.
La estatua fue utilizada como “artefacto explosivo” durante la Segunda República. La escultura era hueca, por lo que aprovecharon para introducir explosivos y literalmente volar por los aires a Felipe III y su caballo.
El hallazgo que hicieron fue curioso: se desperdigaron un montón de huesecillos de aves. Los pájaros se introducían en la panza del caballo para anidar y se quedaban atrapados en el interior. Durante siglos, el caballo de Felipe III había servido de trampa para las aves madrileñas.
Hoy en día, la boca del caballo está sellada – así que ningún animal ha sufrido desde entonces.
Los bocadillos de calamares son su plato estrella
Si hay algo que tenéis que probar en la Plaza Mayor de Madrid son los bocadillos de calamares. El manjar es conocido y saboreado en toda la capital, pero la plaza y sus alrededores son el destino predilecto de los amantes de este plato.
Se popularizaron en los años 70 y hay cadenas de bares como El Brillante que los han popularizado por todo Madrid. Aquí os dejamos nuestra selección de tres bares en la propia plaza:
Casa María
En este local moderno y abarrotado (por algo será) el bocadillo os costará entre 2,90€ y 3,50€ (dependiendo de si lo tomáis en la clásica barra o en una mesa)
Cervecería Plaza Mayor
Haciendo honor a su nombre, este local ofrece caña y bocata de calamares por 4,50€. El bocadillo es un poco más “sofisticado” en pan estrecho y los calamares más pequeños de lo habitual (¡pero muy sabrosos!).
Magerit
En este local con más de 80 años de historia ofrece deliciosos bocadillos de calamares por menos de 3€ – además de contar con una amplia carta de productos típicos madrileños.
La plaza de los mil usos
Como hemos visto hasta ahora, la Plaza Mayor de Madrid ha vivido más de 4 siglos de historias y avatares. Y eso se ha reflejado en los usos que se le ha dado a esta emblemática plaza.
Al principio, la plaza estaba destinada a ser un espacio de comercio (tanto de alimentación como de otros bienes) e incluso se instalaron algunos gremios para vender sus mercancías (de hecho, la Real Casa de la Panadería era la tahoma principal de Madrid)
Además de este uso, también se le dieron usos recreativos: como de plaza de toros y celebraciones diversas (juegos públicos, celebraciones de carnaval, etc.)
Otra utilidad menos amable de la plaza fue la de espacio para la celebración de autos de fe (donde se celebrar un juicio por parte del Tribunal de la Inquisición) y para las ejecuciones públicas.
Hoy en día se trata de una plaza comercial, con bares y tiendas de souvenir. Además, también se celebran espectáculos callejeros con mucha frecuencia. Si visitáis la plaza en domingo os encontraréis con un curioso mercado filatélico y numismático mientras que si lo hacéis en Navidad podréis disfrutar el mejor mercado navideño de la capital.
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En Catalonia Hotels & Resorts hemos dedicado uno de nuestros hoteles en Madrid a esta magnífica plaza.
El hotel Catalonia Plaza Mayor se encuentra muy próximo a la plaza y al resto de atractivos del centro de Madrid (los museos del Prado y Reina Sofía, la Puerta del Sol, etc.).
Cuenta con habitaciones modernas y silenciosas, gimnasio y el spa Alegría – un spa urbano diseñado para que desconectéis en vuestra visita a Madrid con baños y masajes exclusivos para clientes de Catalonia Hotels & Resorts. El hotel tiene conexión a WiFi gratuito en todas las habitaciones y áreas.
Y vosotros, ¿os animáis a visitarnos en Madrid? ¡La Plaza Mayor os espera!
