La visita del Madrid de los Austrias seguramente sea el recorrido turístico más popular en la capital. Digamos que, si sólo dispusiéramos de un par de horas para conocer el corazón de Madrid, un buen itinerario por el Madrid de los Austrias sería la opción más recomendable para llevarnos una imagen global de la grandeza de la metrópoli.
El origen de la conocida zona de los Austrias en Madrid se remonta al siglo XVI, cuando esta dinastía europea comenzó su reinado en nuestro país. Durante los dos siglos siguientes correspondientes a su permanencia en la corona del reino español se levantaron la mayoría de edificios y monumentos que integran esta área histórica, dejando además de un legado arquitectónico importantísimo para la capital, un apelativo para denominar a la zona que aún en nuestros días continúa utilizándose.
Hablamos del casco histórico de Madrid, el punto que sirve de origen a ese hormigueo de gente inconfundible que cada día puebla el centro de la capital.
¿Qué ver en el Madrid de los Austrias?
El área del Madrid de los Austrias reúne algunos de los monumentos más importantes y reconocidos de la ciudad, pero sin duda, si tuviéramos que quedarnos con uno, éste sería la Plaza Mayor. Construida entre finales del siglo XVI e inicios del XVII la Plaza Mayor no es sólo un lugar de interés turístico. El paso de los años ha hecho de ella el equivalente al foro de la capital, dando cabida a una gran variedad de artistas callejeros y vendedores ambulantes que conviven con terrazas de bares y restaurantes y ese olor característico a bocata de calamares que impregna cada uno de sus rincones.
En ella, además puede admirarse otro de los monumentos del Madrid de los Austrias, la famosa estatua de Felipe III a lomos de su caballo.
Desde allí, bajando hacia la calle Arenal y continuando por ésta, se accede a otra de las plazas más características y populares de la urbe, la Plaza de Ópera. Este mágico rincón de Madrid, además de albergar el Teatro Real de la ciudad, cuenta con una vista privilegiada del Palacio Real y la Catedral de la Almudena, sitos a sólo unos metros de sus baldosas.
Partiendo desde las mismas a través de la Calle Mayor, se accede a la tercera Plaza de este particular recorrido, la Plaza de la Villa. En ella, se emplazan la Casa de la Villa, la Torre de Lujanes y la Casa Cisneros y durante muchos años, sirvió de sede al Ayuntamiento de la capital.
A sólo unos metros de allí, se ubica el mercado más importante de la ciudad, el célebre Mercado de San Miguel, donde pueden degustarse algunas de las delicatesen más exclusivas de la gastronomía española. El lugar perfecto para darse un homenaje en un día señalado. Sus precios, eso sí, no son tan seductores como la calidad de sus productos.
Y para llegar al último punto de nuestro itinerario, tomaremos la calle Postas hacia el que es junto a la Plaza Mayor, el punto estrella de la visita, la espectacular y archiconocida Puerta del Sol, escenario de las campanadas más televisivas de España cada fin de año.
La baldosa del llamado Kilómetro 0 ubicada en su centro es el punto desde el que parten todas las carreteras del país y uno de los lugares favoritos por los turistas para llevarse una foto de recuerdo de su presencia en la capital.
A grandes rasgos toda la zona que comprenden los distintos puntos por los que hemos ido pasando sería el área denominada como Madrid de los Austrias, aunque según a quien preguntes, los límites se establecerán en una calle u otra. Lo que está claro es que el Madrid de los Austrias es uno de los barrios más bellos de nuestro país y una zona que merece la pena visitar cualquier día del año. El corazón de Madrid desde donde nacen cada una de sus venas y arterias principales.
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