Planes alternativos en los alrededores de Barcelona

Barcelona es una ciudad única, que cuenta con un ambiente y una atmósfera especial, llena de vida. Pero dicho carácter animado en ocasiones, provoca que sus habitantes busquen la más mínima excusa para escapar de sus calles en busca de unos días de tranquilidad y naturaleza.

Por suerte, los pueblos con encanto cerca de Barcelona abundan especialmente y sus atractivos naturales también. Además, algunos de los más seductores hoteles en Barcelona se encuentran en los pequeños pueblos de sus alrededores. Te aconsejamos que siempre tengas en cuenta los hoteles Catalonia, una magnífica opción en términos de calidad precio, que además siempre supone un seguro de comodidad y descanso.

A continuación, te presentamos las mejores opciones de destinos para salidas de un día desde Barcelona. Un soplo de aire fresco para escapar del estrés y el ruido de la ciudad durante unas horas.

Bienvenidos a un recorrido mágico por algunos de los lugares más bellos de Barcelona y sus alrededores.

Pueblos bonitos del Penedés

Masia Porroig (Olèrdola)

Vilafranca del Penedés

Además de por su famosa tradición vinícola, este municipio barcelonés destaca por su bella catedral, su arraigada tradición, que engloba desde lo mejor de la gastronomía catalana hasta los famosos castellers y por sus edificios de corte modernista. Sin duda, una de las excursiones en tren desde Barcelona más recomendables.

Olèrdola

Este pequeño municipio catalán sorprende por su riqueza histórica, reflejada a través de sus edificios y fachadas. Entre las paradas obligatorias al visitar sus calles, se encuentran su famoso Castillo, la Torre de Moja, el Santo Sepulcro, la Iglesia de San Pedro Molanta o la Ciudad Antigua.

Les Cabanyes

Una localidad pequeña, pero no exenta de encanto. Su antigua Parroquia de San Valentín lleva formando parte de sus calles desde el Siglo XI custodiando cómo se ha ido cultivando el vino en los alrededores del municipio a lo largo de su historia. Una parada perfecta para los amantes del senderismo y la naturaleza.

Viloví de Penedés

¿Se te ocurre mejor lugar para desconectar que un municipio con menos de 10 kilómetros cuadrados, ubicado en plena naturaleza y que no supera los 1200 habitantes?

Viloví de Penedés te ofrece todo esto y mucho más. Imprescindible disfrutar de una buena comida tradicional catalana en alguno de sus restaurantes, acompañada por supuesto de un vino de la zona.

Sant Sadurní d’Anoia

Esta pequeña localidad barcelonesa debe su fama especialmente a una conocida marca de cavas fabricados en su territorio. Sin embargo, Sant Sadurní d’Anoia ofrece muchos otros atractivos al visitante que merece la pena conocer.

Además de las numerosas excursiones a Montserrat que parten desde sus calles, el municipio destaca por la riqueza de sus viñedos, las visitas a sus bodegas y una gastronomía local envidiable.

Pueblos de Francia cerca de Barcelona

Castillo de Carccasonne

Colliure

Merece la pena alejarnos algo más de la ciudad de Barcelona e incluso, cruzar la frontera con Francia para descubrir esta mágica población costera. Tanto sus paisajes de postal como su gastronomía son dignos de elogio.

No es de extrañar que artistas de la talla de Picasso o Matisse lo escogieran para pasar alguna etapa de sus vidas.

Castelnou

El primer municipio con el que nos topamos al pasar la frontera al país vecino. Esta bella villa medieval destaca especialmente por las maravillas naturales que ofrecen sus alrededores y por su espectacular castillo erguido por encima del resto del pueblo. Un fantástico lugar para disfrutar de unos días de relax en armonía con la naturaleza.

Carcasona

Aunque el apogeo que experimentó su turismo durante la segunda mitad del siglo XX ha provocado que Carcasona sea uno de los nombres más conocidos de nuestra lista y por lo tanto, presumiblemente menos tranquilos, se trata de una localidad que sin lugar a dudas, merece la pena conocer.

Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1997, esta espectacular villa medieval es uno de los vestigios mejor conservados del mundo de lo que eran las murallas y castillos medievales, en este caso, del sur de Francia.

Un lugar de cuento donde dejar volar la imaginación, en un viaje al pasado que pocas veces gozó de un escenario tan veraz.