Menorca es una de las perlas del Mediterráneo. Forma parte de las Islas Baleares junto con Mallorca, Ibiza y Formentera, ubicadas en el archipiélago Balear, situadas en el mar Mediterráneo. Considerada por muchos como la isla más bella de España y presente en muchos top 10 de islas más bonitas del mundo, su corta extensión compone un verdadero paraíso natural, en el que no faltan atractivos históricos y culturales.
Convertida en uno de los destinos turísticos favoritos para los habitantes de los países del norte de Europa, reúne planes para todos los gustos, complementados por una oferta de servicios turísticos espectacular.
Pero si algo distingue a este precioso rincón son sus calas y playas. Arena blanca, aguas turquesas y alrededores llenos de flora salvaje. Menorca es el mejor ejemplo de que no es necesario viajar hasta el Caribe para relajarse en una playa paradisiaca. No en vano, sus calas ocupan un lugar predominante dentro de nuestro listado de mejores sitios que ver en Menorca.
Cala Turqueta
Su nombre proviene del intenso color azul turquesa que el mar toma próximo a sus orillas. Ubicada en el sur de la isla, se sitúa entre Na Forada y Tambors, rodeada de pinares y de paisaje rocoso.
Pese a que se trata de una playa salvaje, sí cuenta con aseos y con una zona de picnic habilitada para que puedas llevarte un tentempié y pasar el día sobre sus suaves arenas.
Aunque resulta complicado escoger una cala entre todas las de la costa sur de Menorca, Cala Turqueta es nuestra favorita, tanto por su entorno, como por su contraste de colores. Ambos aspectos componen una postal realmente espectacular.
Para disfrutar de su belleza salvaje tendrás que caminar aproximadamente durante un cuarto de hora desde la zona de aparcamiento más cercana. Además, en los meses de verano, un autobús que parte desde Ciutadella te deja próximo a sus inmediaciones.
Cala Pregonda
Saltamos desde el sur al norte de la isla, para centrarnos en otra cala, que de nuevo, se nos presenta con un aspecto virgen y salvaje.
Otra vez, el rasgo más peculiar de esta cala viene marcado por su color, pero en este caso, no nos referimos al azul del mar, sino a los tonos rojizos de su arena, producto de la presencia de piedra vermella.
Para acceder a los encantos de este paraíso natural, tendrás que caminar algo más de media hora desde el aparcamiento de Binimel-là a través del Camí de Cavalls. Sólo la ruta hasta allí ya merece especialmente la pena, con unas vistas del Mediterráneo sencillamente espectaculares.
Esta cala, totalmente aislada, forma parte de un entorno protegido y se compone de distintas áreas, de arena y piedra. Las zonas más rocosas harán las delicias de los amantes del snorkel con cientos de peces de diferentes especies que nadan próximos a la orilla.
Playa de Cavallería
Vamos con una opción algo más amplia que las propuestas anteriores y que además, poco tiene que envidiarles en términos de belleza.
De nuevo, nos situamos en la costa norte de la isla para descubrir una de las playas más grandes de todo Menorca, que no por ello pierde el carácter salvaje tan característico de las playas menorquinas.
Vigilada día y noche por el Faro de Cavallería, se encuentra rodeada de la naturaleza isleña y sus arenas, como ocurre con las de Cala Pregonda, presentan tonos rojizos muy característicos. Éstas forman una especie de arcilla justo al lado de la orilla que la ha convertido en todo un reclamo para los aficionados a los baños de barro, que según se dice, resultan beneficiosos para la piel.
Además, la vida marina de sus alrededores la convierte en todo un reclamo para los amantes del buceo y del snorkel.
Eso sí, su carácter virgen y salvaje, unido a las tareas de conservación del entorno, provoca que carezca de los servicios presumibles en playas turísticas.
Cala Morell
Para acceder a esta pintoresca cala de aguas cristalinas, tendrás que atravesar la urbanización con la que comparte nombre.
Situada en la zona noroeste de la isla, a sólo 10 kilómetros de Ciutadella, destaca por lo espectacular de sus alrededores con grandes acantilados de roca que se elevan junto a su arena.
En este caso, la composición de sus fondos provoca que el agua en sus orillas se torne de unas tonalidades verde esmeralda, que hacen acrecentar aún si cabe su belleza natural.
Es una cala pequeñita, de aproximadamente 50 metros de largo, pero las rocas de su alrededor también ofrecen espacios donde relajarte y tomar el sol.
Además, los fondos próximos a sus acantilados componen una de las zonas con mayor vida marina de toda la costa noroeste. Por lo que si te gusta practicar snorkel, te aseguramos que vas a alucinar.
Para acceder a Cala Morelia basta con un paseo de escasos 100 metros desde el aparcamiento de la urbanización. Además, también se encuentra conectada vía autobús con Ciutadella.
Mahón
Hacemos un alto en el camino por nuestro repaso de las mejores calas de la isla para centrarnos en otro de los mejores lugares que ver en Menorca, pero esta vez, con un carácter muy diferente.
Te proponemos un poco de turismo urbano en la capital de la isla, la localidad de Mahón, una ciudad que combina tradición, buena gastronomía, maravillosos entornos naturales y una atmósfera muy especial.
La visita más recomendable, sin duda, es su puerto, de 5,5 kilómetros de largo, lo que lo convierte en el segundo puerto natural más grande del planeta. Dicho tamaño, además de su estratégica ubicación, fueron los motivos por los que los ingleses en su día escogieron Mahón como capital de la isla de Menorca.
El casco histórico de la localidad también resulta muy atractivo, lleno de casas señoriales con coloridas fachadas y ventanas de estilo guillotina. Si tuviéramos que escoger entre sus edificios más representativos, no podrían faltar la Casa Soler, la Pescadería, la Casa Mir y el Teatro Principal, la ópera más antigua de todo el país.
Mahón es además, todo un templo para los amantes de la cocina menorquina, con multitud de restaurantes en los que es posible degustar la mejor gastronomía local y por supuesto, mucho y muy buen pescado fresco.
Son Bou
Continuamos nuestro repaso de sitios que ver en Menorca con la playa más grande de toda la isla.
Toca viajar hasta la costa meridional, junto a la localidad de Alaior, para descubrir la que seguramente, sea la mejor playa de Menorca para disfrutar de unas vacaciones en familia.
Su entorno natural, unido a un variado listado de servicios, con chiringuitos, bares y zona de hamacas, componen el escenario perfecto para una jornada de sol y playa si viajas con niños.
Sus orillas, de agua turquesa, presentan poca profundidad y son de fácil acceso.
Además, cuenta con aparcamiento gratuito y cuando caiga la tarde, puedes aprovechar para visitar la localidad de Son Bou, donde te esperan monumentos como la Torre d’en Galmés o la Basílica Paleocristiana.
Ciutadella
Ciutadella es la localidad más bella y especial de toda la isla. Su casco histórico encierra lo mejor del patrimonio cultural de Menorca y sus calles, repletas de tiendas de artesanía, son todo un viaje hacia la época medieval.
Es una ciudad pequeñita, por lo que, podrás recorrerla a pie fácilmente. Lo mejor es dejar el coche en uno de los aparcamientos de sus alrededores y adentrarte paseando en sus callejuelas.
Te recomendamos que no te pierdas su puerto, la Plaza des Born con su Obelisco, el Ayuntamiento, el Castillo de San Nicolás y por supuesto, la Catedral de Santa María, toda una joya del gótico catalán del siglo XIII.
Para terminar la visita, puedes sentarte en alguna de las terrazas de su muelle medieval y disfrutar de las vistas del puerto mientras repones fuerzas.
Ciutadella es además, uno de los mejores lugares para comer en Menorca. Algunos de sus restaurantes más reconocidos son el Café Belar, S’Amarador o Tast de na Silvia. No puedes marcharte de sus calles sin probar la exquisita caldereta de langosta, uno de los platos más icónicos de la isla.
Cales Coves
Volvemos a escoger una parada con el Mediterráneo como protagonista. Las Cales Coves son una ensenada natural ubicada al sur de la isla, a la que te recomendamos acceder, mediante un viaje en barco. Sin duda, se trata de una de las mejores excursiones que hacer en Menorca.
Si lo prefieres, también puedes llegar en coche, aparcando en la urbanización Carles Coves y completando el resto del camino a pie.
Las cuevas que rodean esta bahía natural, fueron usadas como tumbas en la Edad del Bronce. El agua, completamente transparente, deja ver los fondos de la bahía desde la cubierta de los barcos, invitando a los tripulantes al baño. Tirarse al agua desde cubierta y nadar en medio de este paraíso marítimo es un baño que rápidamente se convierte en una experiencia inolvidable. Estamos seguros que cuando eches la vista atrás y recuerdes aquellas maravillosas vacaciones en Menorca, este baño será una de las primeras cosas que se te venga a la mente.
Cala Mitjana
Sin salir del sur de la isla, nos encontramos con una nueva cala que reúne todas las características presumibles de una playa salvaje balear: pinos en sus alrededores, arena blanca y aguas cristalinas. Lo mejor es visitarla fuera de la temporada alta, cuando todas las cualidades nombradas, se combinan con un completo silencio que sólo se interrumpe por el tímido ruido de las olas y el graznido de alguna gaviota.
Para acceder a este mágico rincón, debes aparcar el coche en la zona de Cala Galdana, donde encontrarás un parking gratuito, y continuar a pie hasta la orilla.
Si tienes que planificar más de una parada en el día, te recomendamos que optes por ir allí a primera hora de la mañana, para disfrutar de más horas de sol, ya que por la tarde, en este punto se esconde antes.
Eso sí, no olvides que hablamos de una calita virgen y salvaje, por lo que todo lo que necesites para disfrutar del día, debes traerlo tú. No hay restaurantes ni servicios similares. Aunque a decir verdad, con ese entorno a tu alrededor, dudamos mucho que vayas a echar algo en falta.
Binibeca
Pasamos de una cala en la que la naturaleza se muestra en su estado más salvaje, a un pequeño pueblo en el que reina el estilo arquitectónico clásico de la isla.
Binibeca es una pequeña aldea de pescadores, compuesta por unas decenas de casitas blancas y en la que la tranquilidad se respira tras cada esquina.
Durante años ha sido lugar de refugio para intelectuales y artistas que buscaban ocultarse entre la homogeneidad de sus casitas y retirarse del ajetreo de los núcleos urbanos para perseguir sus musas particulares.
Se ubica a escasos 10 kilómetros de Mahón y en ella destaca además de su plaza mayor, su paseo marítimo o su iglesia. Pero si algo caracteriza a Binibeca es sin duda, su estilo tan particular, en el que el color blanco solo se ve interrumpido por la madera de los balcones.
Si tienes la oportunidad de visitarlo, te recomendamos que no te marches de allí sin hacerte una foto en su precioso embarcadero.
Y para comer, su restaurante El Faro es todo un seguro, especialmente si eres amante de los arroces.
Cala Galdana
Ya te avisamos al comenzar, que las calas paradisíacas de Menorca son posiblemente, su seña de identidad más característica.
Cala Galdana es otro de esos ejemplos que parece sacado de un catálogo de viajes al Caribe. Perfecta para un día de sol en familia, cuenta con todos los servicios necesarios, además de una parada de autobús cercana.
Está situada junto a la localidad de Ferrerías y en sus alrededores, encontrarás diversos restaurantes, en los que es posible degustar pescado fresco y comida típica menorquina.
Además, si eres amante de los deportes acuáticos, contarás con la posibilidad de practicar kayak o pádel surf adentrarte en las aguas tranquilas del Mediterráneo. Incluso, los más atrevidos podrán practicar parapente en sus inmediaciones.
Si viajas con tus hijos y buscas una buena opción para pasar un día en familia junto al mar, Cala Galdana no te defraudará.
Cala Macarella
No muy lejos de la Cala Turqueta, se encuentra esta preciosa cala formada por la erosión que el tiempo ha ido ocasionando sobre las rocas de los acantilados.
Se trata de una playa prácticamente virgen, con la única excepción de un pequeño chiringuito que te permitirá tomar una bebida fresca junto al mar y bajo el sol menorquín.
Es una cala más o menos extensa, con varios rincones más íntimos que están destinados al nudismo.
Puedes acceder hasta cerca de sus orillas tanto en coche como en autobús, pero como suele ocurrir en estos casos, lo más recomendable es contratar una excursión en barco y llegar hasta allí navegando. Después un bañito saltando desde cubierta sobre sus aguas turquesas y por último, tomar algo en su chiringuito viendo el atardecer. ¿Se te ocurre un plan mejor?
El Pont d’en Gil
Finalizamos nuestro listado de recomendaciones de lugares que visitar en Menorca, con la que es seguramente, la parada más curiosa de todas.
Seguramente, al leer el título hayas pensado en un puente de Ciutadella o de Mahón, con muchos años de historia y algún rasgo arquitectónico diferenciador. Pues sí, es un puente y tiene muchos años, pero recuerda que estamos en Menorca y aquí la naturaleza dicta las reglas.
El Pont d’en Gin es un puente de roca, que se eleva sobre el mar como parte de un saliente de la costa.
Esta especie de ventana de piedra, compone una de las postales más características de la isla y desde alguno de los acantilados de sus alrededores, es una fotografía de esas que no pueden faltar como recuerdo de tus vacaciones.
Si buscas un buen lugar para hacerte un selfie antes de volver a la rutina, el Pont d’en Gil es una elección que nunca falla.
Preguntas frecuentes Menorca
¿Qué lugares no te puedes perder de Menorca?
Los lugares que no te debes perder de Menorca son, sin duda, sus calas, las cuales puedes visitar organizando una ruta. Además, te recomendamos especialmente que visites la localidad de Ciutadella, sin duda, la más bella de toda la isla.
¿Dónde comer en Menorca?
Las localidades de Mahón , Ciutadella o Binibeca son tres lugares en los que encontrarás multitud de opciones donde comer en Menorca la típica comida balear.
Si optas por algún restaurante en el que ofrezcan pescado y marisco fresco, te recomendamos especialmente, la caldereta de langosta, un clásico por antonomasia entre los restaurantes de la isla.
¿Cuántos días son necesarios para visitar Menorca?
Te recomendamos que si puedes, dediques al menos seis o siete días a descubrir todos sus encantos. Pese a que se trata de una isla pequeñita, que puedes cruzar en coche en menos de una hora, Menorca reúne una gran variedad de atracciones naturales para visitar durante tus vacaciones.
¿Cómo moverse por Menorca?
La mejor opción para desplazarte por Menorca es sin duda, alquilando un coche para los días que duren tus vacaciones. De este modo, podrás planificar tus propios itinerarios y crear tus rutas para aprovechar al máximo el tiempo.
Pero si por ejemplo, no tienes carnet o directamente, prefieres optar por otro medio de transporte, también puedes optar por alquilar una bicicleta u optar por el transporte público. Hay muchas líneas de autobuses operativas en la isla.
¿Merece la pena visitar Ciutadella?
Incluso si has concebido tus vacaciones como unos días de relax, sol y playa, te recomendamos que busques un hueco para visitar la localidad de Ciutadella. Se trata sin duda, de la ciudad más bella de la isla y nos atreveríamos a decir que de todas las Islas Baleares.
¿Cuándo es la mejor época para visitar Menorca?
La mejor época para viajar a la isla son los meses que rodean a su temporada alta, correspondientes a la primavera tardía y los primeros meses de otoño. Nos referimos concretamente a abril, mayo y octubre, cuando aún puedes disfrutar del buen tiempo que suele reinar en la isla, bañarte en el mar, ya que el Mediterráneo suele presentar temperaturas agradables y al mismo tiempo, evitar las aglomeraciones más propias de los meses de verano y disfrutar de todos los lugares de nuestro listado de recomendaciones.
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